Fue amor a primera vista, un auténtico flechazo. Desde que tropecé con ella por casualidad en el blog Food & Cook mi corazón dio un vuelco y supe que nuestros destinos acabarían por encontrarse tarde o temprano. Sin embargo, en ese mismo momento otra certeza se impuso con más fuerza aún: ella no era para mí, estaba destinada a colmar los deseos de otra persona, otra persona que de alguna manera también parecía haber sido creada para compartir placeres con ella… mi némesis, Chef Poporo. Esta tarta combina probablemente las dos cosas que él más ama en este mundo, la cerveza y el chocolate. Si encima se trata de Guinness entonces la suerte está echada. Cuando los hados te hablan tan alto y claro es mejor hacerles caso. Sólo faltaba encontrar el momento ideal para el encuentro,  y por fin llegó con ocasión de su cumpleaños. El resto es historia…  ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, HERMANO!

Ingredientes:

  • 250 ml. cerveza negra Guinness
  • 250 g mantequilla
  • 75 g cacao en polvo puro
  • 400 g azúcar
  • 140 ml. nata líquida para montar
  • 2 huevos
  • 1 cdta. vainilla líquida
  • 250 g harina repostería
  • 2’5 cdtas. bicarbonato

Para el frosting:

  • 300 g queso crema
  • 150 g azúcar glas
  • 360 ml. nata líquida para montar

Calentamos la cerveza a fuego medio en un cazo sin que llegue a hervir y añadimos la mantequilla a trozos. Removemos hasta que se derrita y apartamos.

Mezclamos muy bien en un bol cacao,  azúcar, harina tamizada y bicarbonato  hasta que nos quede todo del mismo color. En otro bol batimos la nata con los huevos y la vainilla hasta que nos quede una mezcla uniforme, a la que incorporamos la cerveza con la mantequilla. Mezclamos bien y le vamos añadiendo los ingredientes secos que hemos preparado, batiendo con energía para que se integre todo bien y no quede ningún grumo.

Precalentamos el horno a 180º. Engrasamos un molde, lo rellenamos con nuestra masa y lo llevamos al horno unos 50 minutos. Cuando pinchemos el centro con una brocheta y nos salga limpia es que ya está listo. Dejamos enfriar y desmoldamos.

Para el frosting montamos por un lado la nata  y la reservamos. Por otro lado batimos el queso con el azúcar glas hasta que nos quede una crema suave. Unimos las dos preparaciones y las mezclamos suavemente con movimientos envolventes para que no se baje la nata. Una vez que el bizcocho está bien frío, le untamos este frosting por encima.

Son ya varias las recetas con cerveza negra en este blog, se está convirtiendo en un ingrediente clásico. Esta tarta es una delicia, especialmente para los muy chocolateros. La cerveza negra, que es un poco amarga, potencia el sabor del cacao, (aunque la tarta no sabe a cerveza tiene su toque), y el frosting ligeramente ácido combina genial con el dulzor del bizcocho. De aspecto queda preciosa, con el bizcocho de un color prácticamente negro coronado con el contraste del frosting blanco y brillante.  Una auténtica pinta de Guinness bien tirada. Sláinte!