La lasaña es un plato que se puede adaptar a todos los gustos y que admite muchas variaciones.  A mí me apetecía una con verdura, y como tenía un rulo de queso de cabra al que ya mismo le iba a llegar la fecha de caducidad, se lo incorporé a la bechamel.

Ingredientes:

  • 2 calabacines
  • 350 g calabaza
  • 400 g brócoli
  • 1 paquete de placas de lasaña
  • 1/4 cebolla
  • tomate frito
  • harina
  • leche
  • mantequilla
  • 1 rulo de queso de cabra
  • queso rallado para gratinar
  • nuez moscada
  • pimienta
  • aceite
  • sal

Se cuece el brócoli en agua con sal hasta que esté en su punto, (unos 8-10 minutos). Intentad que los troncos sea lo que quede sumergido, los ramilletes se hacen mucho más rápido. Se escurre y se reserva.

Se pelan la calabaza y el calabacín y se cortan en rodajas o lonchas finitas. Se hacen a la plancha con un poquito de aceite, se sazonan con sal y pimienta y se reservan. La calabaza y el calabacín se hacen muy rápido, no como la berenjena, que más de una vez me ha dado un disgusto en la cocina… Cuando veáis que cambian de color y se ponen más blanditos retiradlos de la plancha, luego van a ir al horno y se pueden terminar de hacer si les falta un poco.

Las placas de lasaña se cocinan siguiendo las instrucciones del fabricante y se reservan.

Para la bechamel se pone en una sartén un poco de aceite y mantequilla y se rehoga la cebolla cortada muy finamente o rallada con un poquito de sal. Cuando está blandita pero sin dorarse se le añaden 3 cucharadas de harina y se mezcla removiendo bien. La harina debe coger un poco de color para que pierda el sabor a crudo, pero sin quemarse tampoco. En un cazo aparte habremos calentado 1/2 l de leche, que le incorporaremos ahora sin dejar de remover para disolver los grumos que se hayan formado. Seguir removiendo hasta que la salsa vaya espesando, y añadir la leche que necesitemos para conseguir la consistencia de la bechamel que os guste, más líquida o más espesa. Sazonar con un poco de pimienta y nuez moscada. Cuando la bechamel está casi lista se añade el queso de cabra a trocitos sin la corteza blanca y se sigue removiendo bien hasta que se funda. Se reserva.

Pues ya lo que queda es la parte más divertida, montar la lasaña. A una bandeja apta para horno se le pone una buena capa de tomate frito abajo, (yo lo hice casero, con 1 cebolla, 1 pimiento, un par de dientes de ajo todo muy picadito, orégano, albahaca y vino blanco, pero si no queréis daros el trabajo de bote también vale). Capa de pasta, capa de calabacín, capa de pasta otra vez, capa de calabaza, capa de brócoli, capa de pasta de nuevo y para terminar capa de bechamel. Un poquito de queso rallado bueno para gratinar y al horno para que cueza todo junto un ratito. Unos 10 minutos y luego otros 4-5 con el grill para que se tueste la parte de arriba.

Un poco entretenida, la verdad, pero está riquísima, y el puntito del queso de cabra le da un toque muy bueno. La salsa que véis en la foto es pesto y combina muy bien también con el plato. Yo es que siento debilidad por el pesto, me lo comería a cucharadas…