Encontré esta receta bicheando unos libros de cocina (también del periódico), unos blancos de pasta dura, con unas fotos mu chulas con todos los ingredientes alrededor del plato. Ingredientes que la mayoría de las veces averíguatelas tú pa encontrarlos. Así que normalmente uno acaba adaptando la receta a lo que le suena mejor.

Ingredientes

– 2 Cebollas muy picaditas
– 3 Calabacines rallados
– 100 Gramos de queso blando
– 3 cucharaditas de perejil
– 3 Cucharaditas de eneldo
– 3 Cucharaditas de albahaca
– 4 Huevos
– 5 Cucharadas de harina tamizada
– Aceite
– Sal
– Pimienta

Rallamos los calabacines y escurrimos el exceso de agua con un colador y presionando un poco.
Sofreimos la cebolla con una pizca de aceite hasta que esté doradita, incorporamos el
calabacín, sofreimos 10 minutos más y reservamos.
En un bol hondo batimos el queso con los huevos y la harina. Incoporamos las especias y
salpimentamos al gusto.
Introducimos la mezcla de cebolla y calabacín en el bol y removemos bien.
Calentamos una sartén con 3 dedos de aceite, cuando esté bien caliente vamos echando la mezcla en cucharadas, dejando que se dore bien por abajo antes de darle la vuelta, ya que si no corre el riesgo de romperse.
Escurrimos el exceso de aceite y a mangiare.