Me encantan los scones, esa masa a medio camino entre el pan y la bollería con ese pronunciado sabor a mantequilla me pierde. Los scones son unos panecillos muy típicos del Reino Unido, allí fue donde yo los probé hace ya unos añitos,  y su origen es escocés. Lo típico es tomarlos abiertos y te los sirven con dos cuenquitos pequeños, uno con mermelada y otro con clotted cream para que te los prepares a tu gusto. Los hay de muchísimas variedades: de trigo, de centeno, de avena, de cereales, de nueces, de pasas, de arándanos… Como me pirran voy probando diferentes recetas y ésta que traigo hoy es de Ibán Yarza, alma mater del foro del pan, sitio obligado para tod@s l@s amantes del pan y una persona capaz de contagiar su pasión por el pan a través de su blog ¿Te quedas a cenar?. Lo último que ha hecho es la traducción del libro The Art of Handmade Bread: Contemporary European Recipes for the Home Baker, de Dan Lepard. Ahí es “ná”. Total, que viniendo de él sabía que tenía que ser buena, y efectivamente no me ha decepcionado, ¡qué ricos están!. Son finísimos y por primera vez desde que los hago se van pareciendo en aspecto a los que comía en U.K. Él dice que le gusta probarlos cuando están bien fríos, para apreciar mejor su sabor y textura, pero tomarlos recién horneados, tan blanditos y todavía calientes es un lujo y una auténtica delicia. Yo doblé los pesos de la receta, (¿he dicho ya que me vuelven loca?), e hice la mitad con pasas y la mitad con arándanos.

Ingredientes:

  • 270 g harina de repostería
  • 90 g harina de fuerza
  • 100 g leche
  • 100 g mantequilla en pomada
  • 85 g huevos
  • 85 g azúcar
  • ralladura de medio limón
  • 20 g levadura química
  • 115 g pasas o la fruta que os guste
  • té negro y/o ron para remojarlas

La noche anterior se ponen en remojo las pasas/arándanos en té negro o ron, como os guste más. Yo hice una combinación, el té con un chorrito de ron.

Al día siguiente se tamizan las harinas y la levadura. En un bol se combinan la mantequilla en pomada, el azúcar y la ralladura de limón. Se trabaja bien esta mezcla hasta que quede una crema. Se le añade el huevo en tres veces y luego la leche muy poquito a poco. Hay que estar batiendo esta crema con las varillas de forma continuada para que no se corte al añadir los líquidos y no deben quedar grumos. Se incorpora la harina, se mezcla y se amasa suavemente. En este momento yo dividí la masa en dos, a una mitad le añadí las pasas y a la otra los arándanos. Se envuelve en papel film y se deja reposar en la nevera toda la noche para que se endurezca. Los impacientes pueden meterla en el congelador una media hora.

Una vez que está endurecida por el efecto del frío se entiende la masa sobre papel de hornear aceitado hasta que tenga unos 2 cm de alto y se cortan  los scones con la ayuda de un vaso o un cortapastas del tamaño que más nos guste. Los recortes los reunimos con rapidez para que no se calienten, mezclamos y repetimos hasta que no nos quede masa. Pincelamos con huevo batido y metemos en el horno a 210º unos 15-18 minutos hasta que estén dorados. En el improbable caso de que os sobren, congelan muy bien. Se pueden congelar también ya formados en crudo y sacarlos el día que los queramos recién horneados. ¡Y a disfrutar! Sólo un aviso: son altamente adictivos, luego no digáis que no os advertí…