Llevaba ya tiempo queriendo hacer una mermelada, pero no había manera de que se le pocharan las frutitas a los papas.
Afortunadamente algún alma caritativa amiga de mis padres les regaló una calabaza, y eso dejó aflorar mis instintos mermeladeros.
Esta mermelada aparte de riquísima es bastante fácil y tarda menos en hacerse de lo que suelen tardar las mermeladas.

Ingredientes

– 500 Gramos de calabaza (una vez pelada)
– 250 Gramos de azúcar
– 1 Zanahoria
– 2 Clavos
– 1 Rama de canela
– 1 Cucharadita de jenjibre
– 1 Pizca de vainilla

La noche anterior de la preparación pelamos la calabaza y la cortamos en daditos,
hacemos lo mismo con la zanahoria y lo introducimos con todos los ingredientes en un bol.
Lo metemos en la nevera y lo dejamos toda la noche, a la mañana siguiente veremos que ha soltado bastante agua.
Vertemos el contenido del bol con el agua incluido en una sartén y cocinamos media hora a fuego medio, hasta que se haya evaporado casi todo el líquido.
Retiramos la rama de canela y los clavos y trituramos, dejando partes sin triturar.
Metemos en un tarro hermético en la nevera.
Se puede tomar el mismo día pero se supone que mejora a las dos semanas.