Aunque en invierno con el fresquito apetecen más los platos calientes, de vez en cuando el cuerpo también pide algo de verdura fresca.

Esta ensalada es una de mis preferidas, con muy pocos ingredientes pero que juntos combinan genial. La primera vez que vi eso de los champiñones crudos fue en Alemania y me pareció una cosa rarísima, no me terminaba de convencer. Bueno, pues están buenísimos, así dan un montón de sabor y además con el vinagre del aliño medio se cocinan en realidad. Si no los habéis probado  nunca de esta forma haced la prueba, seguro que os va a sorprender.

Ingredientes:

  • Lechugas variadas
  • Queso azul
  • Champiñones
  • Nueces
  • Aceite
  • Vinagre balsámico
  • Sal

Lavamos la lechuga y reservamos. Limpiamos bien los champiñones y cortamos en láminas muy finas. Es mejor no poner los champiñones bajo el grifo, absorben toda el agua del mundo. Si no traen mucha tierra con un pincel puede ser suficiente. Si están más sucios unas servilletas de papel o un trapo húmedo pueden servir. El queso se hace daditos y las nueces se  trocean. Ponemos una base de lechuga y los demás ingredientes repartidos por encima. Hacemos una vinagreta con 1 parte de vinagre balsámico por 3 de aceite de oliva virgen y una pizca de sal, (no mucha, el queso ya es salado). Emulsionamos bien, aderezamos y a comer.