Famoso plato malagueño, de hecho de Álora. No me enrollo mucho con la procedencia del plato ya que vuestros “mayores” sabrán más que yo y si no en internete hay todo un compendio sobre las sopas perotas.
Cuando Papi-Papito me dijo que quería esto “pá” comer, yo pensé… ¡pero si esto es pisto con pan! Nada más lejos de la realidad, bueno un poco sí pero no.
En realidad me sorprendió gratamente su sabor.
La hierbabuena le da un puntito muy bueno. Por ahí he leído que se toma con higos frescos, uvas moscatel o aceitunas.
El pan es lo propio que sea del día anterior para que esté asentado.

Ingredientes

  • 3 Cebollas
  • 2 pimientos verdes
  • 4 Dientes de ajo
  • 6 Tomates
  • 1/2 Cucharadita de pimienta
  • 1/2 Cucharadita de azafrán
  • 1/2 Cucharadita de sal
  • Hierbabuena
  • 2 Vasos de agua
  • 1 Pan cateto

Cortamos las verduras menos los tomates un poco más gruesos de lo normal y hacemos un refrito con ellas hasta que estén bien hechas.
Escaldamos los tomates y les quitamos la piel, los picamos y los añadimos al refrito, freímos a fuego lento hasta que el tomate esté hecho.
Añadimos el agua, el azafrán, la pimienta y la sal y dejamos cocer 5 minutos más.
Cortamos el pan en rebanadas (mientras más gruesas más empaparán) y éstas en 2.
Las colocamos sobre un lebrillo de barro o una cacerola de base ancha y aplastamos con las manos para que quede bien unido.
Sobre el pan colocamos 2 tallos de hierbabuena y le añadimos el refrito con el agua.
Tapamos y dejamos reposar un poco para que el pan empape bien.
Se sirven jugosas pero secas.