Y empezamos con las recetas de Navidad, ya estábamos tardando…

Estoy convencida de que este año panaderías, confiterías y grandes superficies experimentarán un descenso en la venta de roscones acompañado, eso sí, de un aumento en la de huevos, harina de fuerza, levadura y fruta escarchada. ¿El motivo? Su de Webos Fritos, con su fantástico curso on line para hacer un Roscón de Reyes, ha conseguido que muchos aficionados a la cocina nos decidamos este año a elaborar nuestro propio Roscón de Reyes casero. Y es que así no hay excusa posible, incluso nos han preparado un vídeo para que veamos todo el proceso y nos sea más fácil. Si todavía no conocéis a los Webos Fritos ya estáis tardando. Es uno de mis blogs favoritos, no en balde ha ganado este año el premio Bitácoras al mejor blog gastronómico y al del público. Lo tiene todo: un diseño muy bueno y elegante, unas recetas fantásticas, explicaciones muy claras, fotos maravillosas y sobre todo el entusiasmo, generosidad y cercanía de Su, que hace que todo parezca muy, muy fácil, desde cómo denervar un foie hasta atreverse con el hojaldre.

Ingredientes, (para dos roscones medianos o uno grande):

Para la masa madre:

  • 70 g leche entera
  • 10 g levadura fresca de panadería
  • 1 cdta. azúcar
  • 130 g harina de fuerza

Para la masa final:

  • 120 g azúcar glas
  • ralladura de medio limón
  • ralladura de media naranja
  • 60 g leche entera
  • 20 g levadura fresca de panadería
  • 2 huevos
  • 70 g mantequilla en pomada
  • 20 g agua de azahar
  • 1 pizca de sal
  • 450 g harina de fuerza
  • la masa madre que habremos preparado

Para decorar:

  • 1 huevo batido
  • fruta confitada
  • azúcar
  • almendras laminadas
  • el regalito para esconder

Lo primero que se hace es preparar la masa madre. En un bol ponemos la lecha tibia y deshacemos bien la levadura desmenuzada. Añadimos la harina y el azúcar y mezclamos todo bien hasta que no queda harina seca. Hacemos un bola y la introducimos en un bol grande con agua templada. Al principio se hundirá, pero después de unos 10 minutos subirá y comenzará a flotar. Entonces es el momento de sacarla y reservar.

Cogemos otro bol y en él tamizamos la harina. Hacemos un volcán y en el centro añadimos la leche tibia con la levadura desmenuzada y disuelta, los huevos, el azúcar, las ralladuras, la mantequilla en pomada, el agua de azahar, la pizca de sal y la masa madre que hemos reservado. Mezclamos todo con movimientos de afuera hacia dentro y cuando esté todo bien mezclado sacamos la masa del bol a nuestra superficie de trabajo ligeramente aceitada para poder amasar. Nos untamos las manos también con un poco de aceite para evitar que se nos pegue y amasamos hasta que nos quede elástica y homogénea. Hacer un bola, introducirla en un bol aceitado, tapar con film y dejar levar hasta que doble su tamaño, (yo lo tuve unas 3 horas).

Una vez que ha fermentado lo suficiente la dividimos en dos si queremos hacer dos roscones medianos, boleamos y dejamos reposar unos 10 minutos antes de darles la forma del roscón. Para hacerlo metemos los dedos en el centro de la bola y vamos agrandando el agujero con suavidad. Podemos levantarlo con las manos dentro del agujero para que con su propio peso se vaya haciendo  más grande. Una vez que tenemos nuestro roscón formado, introducimos por la base el regalito y  lo pasamos a una bandeja de horno sobre papel de hornear, lo cubrimos y lo dejamos levar de nuevo en un lugar caldeado a ser posible entre 1 y 2 horas, debe volver a doblar su volumen.

Pues ya sólo nos queda decorarlo. Lo pincelamos con mucho cuidado para que no se venga abajo con huevo batido, repartimos la fruta escarchada que más nos guste, el azúcar humedecida con una gotas de agua y las almendras laminadas. Si queremos podemos introducir en el agujero un cortapastas aceitado o cualquier otro recipiente redondo que aguante al calor del horno para asegurarnos que no se nos va a cerrar durante el horneado.

Y el último paso, el horneado. Precalentamos nuestro horno a 200º con calor arriba y abajo, (si es que tenéis la suerte de tener esa opción, mi viejo horno sólo tiene calor por abajo…). Horneamos unos 15-18 minutos, bajando la temperatura a 180º los últimos 10 minutos. Si vemos que se dora más de la cuenta por arriba podemos taparlo con papel de aluminio para evitar que se siga tostando. Y eso es todo, dejar enfriar en una rejilla para que no se humedezca y a disfrutar.

De aspecto ha quedado muy bonito y de sabor y textura genial, muy tierno y esponjoso, un auténtico roscón. Lo único malo es lo que pasa siempre con la bollería casera y que por lo tanto no lleva conservantes añadidos, que aguanta así de tierno el primer día y luego se va secando. Nada que no se pueda arreglar mojándolo en un buen café o chocolate.

Animaros a hacerlo, es muy sencillo, lo único que necesita es tiempo de levado, pero ese tiempo podéis aprovecharlo y estar haciendo cualquier otra cosa. La satisfacción que da cuando lo sacas del horno y contemplas tu obra merece la pena. El olorcito que deja en la casa le da cien vueltas al ambientador más pijo del mundo y cuando se enfría un poco y puedes probarlo ya es el no va más. Ala, pues este año a la comida de Reyes todos con nuestro roscón casero, y a quedar como unos auténticos reyes, valga la redundancia.