Últimamente me ha dado por probar recetas nuevas de bizcochos y la verdad es que es de lo más entretenido, admiten tantas variantes que las opciones son infinitas y los resultados de lo más variopinto: de miga densa o esponjosa, secos o húmedos, dulces o salados, más tipo pan o más tipo bizcocho de toda la vida, con especias o sin ellas, con fruta fresca, confitada o frutos secos, con leche, nata, yogur o té, con chocolate o incluso con hortalizas como la calabaza, las zanahorias o el calabacín. En esta ocasión quise probar el de coco y plátano, que siempre me ha parecido que combinan muy bien. Ha salido muy bueno, es más de los de tipo pan dulce, no sube demasiado y la miga es muy densa al estar enriquecido con una buena cantidad de plátano en la masa.

Ingredientes:

  • 100 ml aceite girasol
  • 250 harina repostería
  • 1 1/2 cdta. levadura química
  • 200 g azúcar (yo le puse 100 g azúcar blanca y 80 g azúcar moreno)
  • 50 g coco seco rallado
  • 2 huevos
  • 2 plátanos maduros hechos puré
  • 125 ml crema agria, (yo no tenía así que a nata normal le añadí 1 cda. zumo de limón)
  • 1 cdta. extracto de vainilla

Para decorar:

  • coco y plátano deshidratado

Como siempre, lo primero es precalentar el horno, a 180º y engrasar el molde.

En un cuenco grande tamizamos la harina y la levadura y la mezclamos bien con el coco y el azúcar.

En otro cuenco batimos los huevos junto con el aceite, el plátano chafado, la crema agria y el extracto de vainilla.

Incorporamos la mezcla húmeda a la seca y removemos hasta que nos quede una masa homogénea y estén todos los elementos integrados. Llenamos el molde y lo llevamos al horno unos 60 minutos, hasta que haya subido y lo veamos firme y dorado. Para ver si está listo podemos pinchar el centro con una brocheta, cuando salga limpia ya podemos apagar el horno.

Lo dejamos enfriar unos 15 minutos en el molde antes de sacarlo y dejarlo enfriar totalmente sobre una rejilla y a disfrutar.