Esta especie de pizza o tarta salada con masa de hojaldre cubierta de brócoli, cebolla, queso azul, bacon y nueces sale buenísima y se prepara en un santiamén. Lo suyo es comerla recién salida del horno, con el  hojaldre todavía crujiente. En cuanto a los ingredientes que le pongáis por encima, imaginación al poder, como más os guste. Lo único que no creo que le sentara muy bien son las salsas demasiado húmedas, que dejarían al hojaldre empapado, hecho una masa informe y desgraciado de por vida. Por lo demás, lo que se os ocurra.

Ingredientes:

  • 1 placa de hojaldre
  • 300 g brócoli cocido
  • 100 g bacon
  • 1 cebolla roja
  • 80 g queso azul
  • unas nueces tostadas
  • pimienta negra molida
  • aceite

Precalentamos el horno a 200º. Extendemos la placa de hojaldre en papel de hornear y realizamos un corte continuo por su borde a más o menos 1 cm del borde de la masa pero sin que llegue a atravesarlo.

La cebolla la cortamos en juliana y la pochamos en un poco de aceite hasta que esté blandita, añadimos el bacon y le damos unas vueltas a fuego más fuerte hasta que

esté dorado. Incorporamos el brócoli cocido, sazonamos con pimienta y rehogamos todo junto un par de minutos.

Distribuimos la mezcla por toda la superficie del hojaldre hasta el borde que hemos marcado y añadimos el queso azul en daditos, de manera que quede repartido de forma uniforme.

Horneamos nuestra galette unos 25-30 minutos, hasta que los bordes hayan subido y la masa esté dorada. Esparcimos las nueces por encima y a disfrutar.

En las fotos tenéis la galette antes de entrar en el horno y una vez horneada mientras repartía las nueces por encima. No he utilizado nada de sal extra, el bacon y el queso  ya aportan bastante sal y no le hace falta más. ¡Buen provecho!