Este bizcocho me trae muy buenos recuerdos, ya que en mi memoria se trata de la primera experiencia que tuve con la repostería. Recuerdo estar en la cocina con mi abuela haciéndole de pinche, rellenando el vasito de yogur con las distintas medidas de harina, azúcar y aceite. También recuerdo la incredulidad al meter esa masa bastante líquida en el horno, y la maravillosa sorpresa cuando aquello empezaba a subir y subir hasta convertirse en un delicioso y esponjoso bizcocho… y es que la repostería tiene algo de magia, incluso ahora que ya no soy una niña.

Esta receta de bizcocho de limón es genial para principiantes en la cocina porque además de ser muy fácil, no necesitas ni pesar los ingredientes, el vasito de yogur te vale para medirlo todo, así de sencillo. También resulta muy versátil, podéis ir variando sustituyendo el sabor del yogur por otro, (vainilla, manzana, frutas del bosque…), o añadiéndola frutos secos o frescos, (nueces, piñones, almendras, manzana o pera rallada, pasas…), imaginación al poder.

Mira que hay recetas de bizcochos espectaculares, pues a mi madre éste es el que más le gusta de todos, el que siempre nos pide que le hagamos, (aunque el otro día le llevé para que probara el bizcocho de aceite y ya me ha pedido que le haga otro, igual lo desbanca en su ranking particular). En fin, que como tenemos mucho que agradecer y celebrar, he preparado este bizcocho de yogur y limón para dedicárselo a ella, y también al recuerdo de mis abuelos y de mi tío, allá donde estén.

Ingredientes:

  • 1 yogur de limón
  • 1 vasito de yogur de aceite
  • 2 vasitos de yogur de azúcar
  • 3 vasitos de yogur de harina leudante, (o de harina de repostería más un sobre de levadura química)
  • 3 huevos
  • ralladura de 1 limón
  • mantequilla para engrasar el molde

Precalentamos el horno a 180º y engrasamos nuestro molde con mantequilla, espolvoreándolo luego con un poco de harina para asegurarnos que no se pegue.

Batimos bien los huevos en un bol grande, añadimos los 2 vasitos de yogur rellenos de azúcar y seguimos batiendo hasta que quede espumoso. Tamizamos la harina, se la añadimos y mezclamos bien. Incorporamos la ralladura de limón, el yogur y el aceite y volvemos a batir hasta que esté todo bien integrado. Rellenamos el molde con esta masa y lo llevamos al horno unos 35-40 minutos, hasta que veamos que el bizcocho ha subido y está firme y dorado. Para comprobar que está en su punto introducimos una brocheta en el centro, si sale limpia es que ya está listo. Dejamos que repose unos minutos antes de desmoldarlo y luego lo dejamos sobre una rejilla para que se enfríe del todo. Un bizcocho de toda la vida del que no nos cansamos, si es que lo bueno nunca pasa de moda… A propósito, el trocito de bizcocho de la foto tamaño loncha de jamón es lo que dejó mi marío para que lo inmortalizara… buena señal, no? 😉