Aunque no soy vegetariana cada vez me gusta más su cocina, no sólo por lo sabrosa, sana y creativa que puede ser, sino por lo bien que le sienta a mis digestiones. Tengo un estómago delicado que sospecho está relacionado con el hecho de haber sido víctima durante años de las comidas preparadas con un “mimo especial” para el sufrido personal del hotel en el que trabajaba. Además de aborrecer por completo las costillitas de cordero, aprendí a desconfiar de los aliños fuertes, adobos y salsas “cubrelotodo”, técnicas todas ellas bastante burdas para enmascarar el olor y sabor de la comida que está a punto de echarse a perder, (lo de “a punto de ” es muy generoso por mi parte…). Mi muy amada compañera de fatigas y risas en aquellos tiempos puede dar fe de ello, (¡¡esos filetes de salmón a la plancha, Pepa!!).

La soja texturizada es una fuente de proteína vegetal que dobla a la de la carne pero sin grasas saturadas ni colesterol. Además aporta potasio, hierro, fósforo, magnesio, fibra, vitaminas A, B, C, D, E y G, e hidratos de carbono. Otra maravilla, oiga. La podéis encontrar en diferentes formatos: en trozos grandes, con forma de filetes o molida fina, como la que he utilizado yo y que es la que aparece en la foto. Una vez rehidratada se asemeja mucho en aspecto y textura a la carne picada y la podéis utilizar en su lugar en muchas preparaciones: hamburguesas, albóndigas, lasaña… El truco está en aliñarla bien con especias y hierbas para darle el toque que más os guste. En esta ocasión he utilizado la soja texturizada para hacer una versión libre y vegetariana de la musaka griega que ha quedado riquísima. Ligera pero a la vez contundente, con una ensalada de acompañamiento nos queda un plato completísimo.

Ingredientes:

  • 2 berenjenas
  • 100 g soja texturizada fina
  • 2 calabacines
  • 1/2 pimiento rojo de asar
  • 100 g refrito de tomate
  • 1 vaso tomate frito
  • 100 g aceitunas negras
  • 1 cda. tomillo
  • 1 cda. orégano
  • 1 cda. ras al hanout, (o la mezcla de especias que os guste)
  • 1/2 vaso vino blanco
  • 3 patatas grandes
  • pimienta y nuez moscada molidas para el puré
  • queso para gratinar
  • aceite
  • sal

Lo primero que hacemos es preparar las berenjenas. Las lavamos bien, les cortamos los extremos y hacemos rodajas finas. Espolvoreamos con sal y las dejamos reposar 30 minutos para que pierdan el amargor. Las lavamos, las escurrimos bien y las colocamos sin amontonar en una bandeja de horno. Las pincelamos con aceite y las asamos a horno fuerte tapadas con papel de aluminio unos 20 minutos por cada lado, hasta que estén tiernas.

Mientras tanto vamos a preparar el relleno y el puré.

Para hacer el puré cocemos las patatas con piel, las pelamos y las chafamos con un tenedor. Añadimos un buen chorro de aceite de oliva, sal, pimienta y nuez moscada al gusto y mezclamos bien. Reservamos.

Ahora vamos con el relleno. Deshuesamos y picamos las aceitunas negras con paciencia y las reservamos. Ponemos 1 1/2 vaso de agua a calentar en un cazo y la soja en un bol. Cuando esté hirviendo el agua la vertemos sobre la soja hasta que la empape toda, removemos y dejamos que repose unos minutos. La colamos, escurrimos del agua sobrante y reservamos. Los calabacines los lavamos y troceamos a cuadraditos. El pimiento lo lavamos también, lo vaciamos de semillas y lo troceamos igual. En una cacerola con un fondo de aceite salteamos el calabacín y el pimiento con un poco de sal durante 3 minutos. Añadimos el sofrito, el tomate frito, las aceitunas, la soja remojada y mezclamos todo bien. Incorporamos el vino, las hierbas y especias y dejamos cocer todo junto a fuego medio removiendo de vez en cuando para que no se nos pegue  hasta que esté en su punto, (unos 8 minutos más). Rectificamos de sal si es necesario y apartamos.

Ya sólo queda montar el plato en capas. En una fuente adecuada para meter en el horno colocamos la mitad de las rodajas de berenjena, cubriendo toda la base. Añadimos el relleno y aplanamos la superficie. Volvemos a colocar otra capa de berenjenas y terminamos con el puré de patatas. Espolvoreamos con un queso rallado que sea bueno para gratinar y lo terminamos de calentar y gratinar en el horno a fuego alto. El plato ya está cocinado, sólo hacen falta unos 10 minutos en el horno con los últimos en la opción de gratinado para que se caliente todo junto y se dore la superficie. ¡Que aproveche!