El otro día compré en el LIDL una tarrina de queso Quark para probarlo y en mi ignorancia creía que iba a ser de textura más densa, como la del queso fresco y que podría utilizarlo para ensaladas. Para nada. Aunque existe también con una mayor consistencia, si me hubiera informado antes un poco habría sabido que el que venden en tarrina normalmente tiene una textura muy cremosa, parecida a la del yogur griego o la crème fraîche.

Me gustan mucho los quesos untables pero lo cierto es que no suelo comprarlos a no ser que vaya a hacer algo concreto con ellos porque siempre se me acaban echando a perder, una vez abiertos duran poco y les sale moho enseguida y una tiene grabado a fuego en la frente aquello de “la comida no se tira“. Total, que todo esto viene a que esta receta de pan de molde de queso quark y frutos secos fue diseñada ad hoc, (cómo me gustan los “latinajos”, tengo que usarlos más a menudo…) para consumo y disfrute de este queso crema recién abierto. El resultado, después de enriquecerlo con nueces, avellanas y pasas ha sido buenísimo. Un pan de molde tierno y suave pero con muchísimo sabor. La leche y la biga ayudan a que se conserve en buenas condiciones varios días y si hacéis una cantidad grande, (con estas medidas salen dos hermosas hogazas), lo podéis congelar cortado ya en rebanadas que es muy cómodo de utilizar. Del congelador directamente a la tostadora y queda perfecto. Va estupendo tanto con dulce como con salado. Que lo disfrutéis.

Para la biga:Pan de molde de queso Quark y frutos secos

  • 160 g harina fuerza
  • 100 g agua
  • 1,5 g levadura fresca de panadería

Para la masa final:

  • toda la biga
  • 450 g harina fuerza
  • 260 g leche
  • 50 g Amaretto (podéis sustituirlo por otro licor que os guste)
  • 50 g mantequilla en pomada
  • 45 g azúcar
  • 130 g queso Quark
  • 10 g levadura fresca de panadería
  • 10 g sal
  • 125 g frutos secos, (yo puse nueces, avellanas y pasas)

Pan de molde de queso Quark y frutos secosLa tarde antes preparamos la biga en un bol mezclando todos los ingredientes con las manos pero sin amasar, sólo queremos que queden bien integrados y que no quede harina seca. La levadura podemos diluirla en un poquito de agua antes de incorporarla para que se mezcle mejor. Hacemos una pelota con la biga y la ponemos en un bol tapado con film. Lo guardamos en la nevera hasta el día siguiente, lo suyo es que fermente entre 16 y 18 horas a baja temperatura.

Tostamos ligeramente las nueces y las avellanas un par de minutos en una sartén sin aceite y reservamos.

En un cazo ponemos al fuego el Amaretto con las pasas y lo dejamos hervir unos minutos para que evapore el alcohol. Apartamos y dejamos enfriar. Vamos con el pan:

  1. Mezclar ingredientes y autolisis.  En un bol grande incorporamos todos los ingredientes menos la sal y los frutos secos, (a las pasas les escurrimos el Amaretto que no hayan absorbido y lo incorporamos también). Mezclamos hasta que no quede harina seca. Tapamos con papel film y dejamos reposar unos 20 minutos.
  2. Sal y amasado. Añadimos la sal, mezclamos bien, sacamos del bol y comenzamos con el amasado. La masa es de las pegajosas pero no de las peores así que no desesperes, persevera y al final te harás con ella, te lo aseguro. Como digo siempre cada 3-4 minutos de amasado es bueno dejar la masa descansar unos minutos tapada con film aceitado y volver a ella luego. Su consistencia va mejorando poco a poco y cada vez resulta más fácil de trabajar. Con unos 8-10 minutos de amasado es más que suficiente. Esta masa es húmeda y blanda, así que el amasado francés le irá mejor. Al final del amasado, para que no se rompa el gluten que tanto nos ha costado formar, añadimos los frutos secos y amasamos un poco más con delicadeza, lo suficiente para que queden bien repartidos.
  3. Primer levado. Boleamos ligeramente la masa y la colocamos en un bol aceitado y tapado de nuevo con film. Dejamos reposar como 1 hora, pero esto va a depender de la temperatura que tengáis en casa, tardará menos en verano y más en invierno. Yo la tuve 1 hora y cuarto, debe doblar su volumen.
  4. Desgasificar y bolear la masa. La sacamos delicadamente del bol y la desgasificamos, es decir, la desinflamos presionándola con suavidad. La amasamos de nuevo ligeramente, formamos una bola y la dejamos reposar tapada unos 20 minutos.
  5. Formar. Engrasamos los moldes con aceite y los espolvoreamos de harina con la ayuda de un colador pequeño. Dividimos la masa para las hogazas que vamos a hacer, (dos en mi caso) y formamos una especie de barra con el largo del molde. Las metemos dentro de sus moldes con la parte fea hacia abajo.
  6. Segundo levado. Tapamos con film aceitado los moldes y dejamos fermentar otros 45-60 minutos en el lugar más calentito de la casa.
  7. Hornear. Precalentamos el horno a 250º. Cuando esté bien caliente introducimos los moldes. A la media hora se baja la temperatura a 215º. A mí me tardaron unos 50 minutos. Dejamos que pierdan temperatura unos minutos, desmoldamos y dejamos enfriar del todo sobre una rejilla.