La verdad es que no pensaba publicar esta receta, pero como bien dice mi “marío”, mis meteduras de pata le pueden servir a otras personas para no cometer los mismos errores, así que ahí va la historia del peligro de utilizar la harina de malta oscura como si no hubiera mañana…

Bueno, decidí hacer este pan para conmemorar el día de San Patricio, patrón de la verde Irlanda, por aquello de que el líquido que lleva la receta es cerveza Guinness, bendito brebaje cuya invención atribuye la leyenda al incendio que devastó Dublin en 1666. Este incendió dejó la cosecha anual de cebada prácticamente calcinada, y el rey Carlos II decidió entonces aprovecharla para fabricar cerveza… Dicen que él fue el primero en probarla, y en vez de quedarse con semejante descubrimiento para él solito, ordenó que se distribuyera en grandes cantidades a toda la población, para que fueran haciéndose el paladar a ese nuevo sabor. ¡Y tanto que lo hicieron!

Pan de malta con Guinness y ParmesanoPara intensificar el sabor a malta de la cerveza se me ocurrió probar la harina de malta tostada fuerte que me habían traído los Reyes Magos y que todavía no había estrenado, y vaya si lo intensificó…, (lo de “fuerte” debió haber hecho saltar alguna alarma en mi cabeza, pero debía tenerla desconectada ese día…) Lo primero que he de decir es que el pan tal como salió está muy rico, de una textura y miga estupenda. En mi opinión no es un pan para comerlo solo, pero acompaña muy bien a chacina, ahumados o quesos y tiene un sabor intenso a malta tostada… y aquí viene el problema, que es demasiado intenso. El sabor a malta es tan profundo que no sabe a otra cosa, mata totalmente el sabor de la cerveza y del parmesano, y eso no mola además de que me lo podría haber ahorrado y me habría salido un pan mucho más económico. En El Amasadero recomiendan utilizarla con precaución, entre un 0.5 y un 3% del peso total de la harina, y yo me fui hasta casi ese 3% máximo alegremente. Es que quería que se notara… ¡pues prueba conseguida! En fin, si os vale mi experiencia os recomiendo lo siguiente: cuidadín a la hora de utilizar la harina de malta, y lo mismo vale para cualquier ingrediente o especia nueva que no hayáis probado antes. Sed prudentes, es mejor empezar con poca cantidad y una vez que conocéis cómo se comporta ir subiendo la proporción, que no pasarse y que todo vuestro trabajo acabe en la basura, (por suerte esta vez no fue el caso, pero si yo os contara el triste destino de muchos de mis  experimentos…).

De todas formas os animo a que probéis la receta bajando la cantidad de harina de malta o incluso eliminándola, porque es un pan buenísimo. ¡Feliz Día de San Patricio!

Ingredientes:Pan de malta con Guinness y Parmesano

  • 275 g harina panadera
  • 60 g harina centeno integral
  • 8 g harina malta oscura, (¡echadle menos!)
  • 250 g cerveza Guinness
  • 60 g queso parmesano
  • 20 g manteca cerdo ibérico
  • 9 g levadura fresca de panadería
  • 7 g sal
  • 6 g azúcar moreno

En un bol grande mezclamos las harinas y hacemos un volcán. En el centro ponemos la cerveza, la sal y el azúcar y vamos uniendo todo bien hasta que esté bien integrado y no quede harina seca. Añadimos la levadura disuelta en un poquito de cerveza, mezclamos bien y volcamos sobre una superficie aceitada. Ahora toca amasar. A medio amasado añadimos la manteca en punto de pomada y seguimos trabajando, al principio cuesta que se integre en la masa pero con un poco de paciencia se consigue. Casi al final incorporamos el queso, procurando que quede bien repartido por todos lados. Unos 8 minutos de amasado es suficiente y puedes hacer descansos entre amasado y amasado, a la masa le vienen muy bien y a ti seguro que también.

Para el primer levado se unta ligeramente con aceite un bol y se coloca la masa hecha una bola. Se tapa con papel film y a esperar como una hora, aunque el tiempo siempre va a depender de la temperatura que haga, tardará más en subir en invierno y menos en verano. Vigiladla para ver cuándo está, debe doblar su volumen.

Pasado este tiempo se vuelca con delicadeza en la superficie de trabajo enharinada, se amasa ligeramente para desgasificar, boleamos y dejamos reposar 20 minutos para que la masa se relaje. Volvemos a bolear y le damos la forma final a nuestra masa. Lo colocamos sobre la bandeja enharinada con la parte fea hacia abajo, le espolvoreamos un poco de harina y lo cubrimos. Ahora lo dejamos levar por segunda vez otros 45 minutos.

Precalentamos el horno a 230º.  Horneamos unos 45 minutos creando vapor al principio. Para conseguirlo podemos meter 4-5 hielos en un recipiente que habremos dejado dentro del horno para que coja temperatura. También podemos llenar el recipiente con trapos mojados o pulverizar las paredes del horno con agua antes de meter la bandeja.  Cada horno es un mundo, vigilad vuestro pan para saber cuándo está, si al golpear la base suena a hueco es que ya está listo.  Lo dejamos enfriar sobre una rejilla y ya lo podemos disfrutar. ¡Feliz St Patrick’s Day!