“Amelie” (Cine-File French Film Guides) es sin duda una de mis películas favoritas de todos los tiempos y si no la habéis visto en versión original, en francés, os recomiendo que no dejéis de hacerlo, es genial. Hay una escena en la película que me encanta en la que se cuenta que la protagonista, Amélie, ha cultivado un gusto por los pequeños placeres de la vida, como meter la mano en el saco de las legumbres o romper con la cucharilla la capa de azúcar caramelizada de la crème brulée. La cocina, como la vida, está llena de esos pequeños placeres: rebañar el bol de la masa de las trufas de chocolate, amasar pan y notar cómo la masa se transforma bajo tus manos volviéndose más suave y elástica, pegar la nariz al horno mientras la hogaza sube y sube, abrir la olla exprés y descubrir el milagro, meter las manos en la masa de las albóndigas, el repiqueteo del ajo en el aceite caliente, meterte en la boca trozos de verduras crudas mientras las pelas y cortas, mojar pan en la salsa de las almejas a la marinera… y podría seguir durante horas. ¿Cuáles son vuestros pequeños placeres en la cocina?
Bueno, pues todo esto venía a que otro de los grandes placeres para mí en la cocina son las masas dulces. Al estar normalmente enriquecidas con mantequilla suelen ser masas muy suaves y gustosas de trabajar además de muy aromáticas. Mientras estás trabajando la masa ya te llega un olor delicioso, así que cuando por fin entra al horno os podéis imaginar el aroma que inunda toda la casa… Otro de los grandes placeres de la cocina: el olor de la repostería o del pan casero en el horno. Inigualable.
La masa de estos nudos de crema de almendra es de una receta de bollos de cardamomo de Ibán Yarza. El sabor del cardamomo es intenso y me apetecía otra cosa ese día, así que probé a hacer otro relleno, una crema de almendras que quedó deliciosa. Esta receta es muy versátil, podéis rellenarla con lo que más os guste: chocolate, mermeladas, frutos secos o deshidratados… o aromatizar el relleno con el sabor que os apetezca: canela, ralladura de naranja, vainilla… El único problema de estos nudos, lo de siempre con la bollería casera, que se queda seca rápidamente. Pero hay una solución fantástica que yo siempre utilizo con este tipo de masas: congeláis los que no vayáis a gastar en el momento, y cuando querías comerlos los metéis en el microondas en opción descongelar durante unos segundos, lo suficiente para que se descongelen y se queden ligeramente tibios. Con este truquito vuelven a estar como el primer día, con la miga tierna y esponjosa y el relleno jugoso y delicioso. Probadlo y ya veréis. ¡Que los disfrutéis!
Ingredientes:
- 400 g harina fuerza
- 210 g leche
- 75 g azúcar blanca
- 75 g mantequilla derretida
- 12 g levadura fresca de panadería
- 4 g sal
Para el relleno:
- 45 g mantequilla en pomada
- 40 g azúcar moreno
- 10 g miel
- 50 g almendra molida
- 1/2 cdta. canela molida
- 1/2 cdta. agua de azahar
Fundimos la mantequilla de la masa base en leche caliente. Cuando haya perdido temperatura y esté tibia desleímos la levadura en ella. Incorporamos 3/4 de la harina y revolvemos con una cuchara de madera durante unos 5 minutos.
Añadimos el resto de la harina, amasamos hasta que no quede harina seca y la sacamos a la mesa de trabajo para amasar durante unos 10 minutos con suavidad, estirando y recogiendo la masa sobre sí misma.
La pasamos a un bol, tapamos con film y dejamos fermentar hasta que casi doble el volumen, suele ser como una hora.
Estiramos con el rodillo sobre nuestra superficie de trabajo espolvoreada con harina y hacemos un rectángulo de masa de menos de medio centímetro de grosor.
Dividimos el rectángulo mentalmente en 3 partes y untamos las dos partes de nuestra derecha con una fina capa de la crema de relleno, (para hacerlo simplemente mezclamos bien todos los ingredientes). Doblamos la parte de la izquierda, la que no tiene relleno, sobre la del centro, y luego hacemos lo mismo con la de la derecha, (es decir, para quien haya hecho hojaldre doblamos la masa con una vuelta simple). Luego cortamos tiras de masa transversales (por el lado más corto), como de 1 cm. más o menos. Se dejan reposar 10 minutos y luego se anudan, cogiéndolas con las dos manos por sus extremos, estirándolas un poco más en el aire balanceándolas de arriba y abajo, y luego enrollándolas sobre sí mismas para terminar cruzándolas por arriba y metiéndolas por debajo. Para estas cosas una imagen vale más que mil palabras, así que pinchad en la receta de Ibán y sobre el minuto 18 muestra perfectamente cómo hacerlo.
Dejamos fermentar de nuevo como otra hora, pincelamos con huevo batido y horneamos a unos 220º durante 12-15 minutos. Podéis decorarlos como más os guste: azúcar perlado, almendras fileteadas o en cubitos… ¡están buenísimos!
Hola!!
Y yo que aún no he visto esa peli! eso es imperdonable!! tengo que verla ya mismo.
Por cierto…que sepas que ya me he guardado a buen recaudo esta receta! como me gusta!!!!!!!!!
Sabes que estas masas me encantan???
Mil besos guapa
Qué pintaza tienen esos dulces!! Creo que he vivido esos momentos tal cual los cuentas…no podrías haberlos descrito mejor, sólo el que disfruta en la cocina, que que lo vive con pasión puede sentir esos sonidos, olores, sabores… Sobre la peli decirte que si la he visto pero no en francés, no se si sería capaz pues no tengo “ni papa” de Sarkozy 😉 Bezitos.
¡Pero Criss, eso es pecado mortal! Tienes que verla, es muy bonita y original, ya verás. Y ya sé yo que este tipo de masas te encantan, tienes cada cosa publicada que babeo sólo de imaginar el olorcito… Bstos
Ralu, es verdad que si te gusta la cocina, se convierte en un placer para los sentidos: los olores, los sabores, las texturas, los sonidos, los colores… cualquier cosa se puede convertir en un instante de felicidad, ¡es genial! Bstos
Que razón tienes Ceci, cuantos pequeños placeres nos da la cocina, sobre todo a los amantes de la misma. Los bollitos ni te cuento el rugir de tripas que me ha entrado nada más verlos. Esta la apunto en mi archivo de “pendientes de probar”
Están de muerte, Oli, ¡cuando los pruebes no te quedará ninguno para congelar!
Bstos
Tienen que estar buenísimos. Me encantan los postres con almendras.
Están buenísimos, Rosa, tanto la masa como el relleno, que lo puedes utilizar para muchas otras cosas. Bstos