Pues nada, se ve que me gusta ir al revés que todo el mundo… En la radio y en la tele no paran de machacarnos con la operación salida y voy yo y os hablo de la vuelta de las vacaciones. Era eso o la eurocopa, pero como el temita ya lo tenemos hasta en el gazpacho, (la sopa ni la menciono con estos calores…), pues yo chitón y a otra cosa, mariposa. Pues lo que os decía, que ya me he cogido mis vacaciones estivales, o más bien primaverales, que es una época que siempre me ha gustado mucho para viajar. He trabajado muchos años en la hostelería y por supuesto los meses de verano eran tabú en cuestión de vacaciones. No sé si es que me acostumbré, o que gracias a eso descubrí las bondades de viajar fuera de temporada, la cuestión es que ahora que sí puedo cogérmelas en julio o agosto, es que ni se me ocurre… Gente por todos lados vayas donde vayas, un calor asfixiante, todo carísimo, el servicio horroroso… con lo a gusto que se está en mayo o en septiembre. Recuerdo hasta una vez en un hotel precioso en la Sierra de Grazalema que una amiga nos envió a la habitación de sorpresa una botella de champán. Cuando la recibimos mi “marío” y yo extrañados le preguntamos al camarero si estaba seguro que era para nosotros, por si se había equivocado de habitación. Con una risita guasona nos contestó “Segurísimo”. A la mañana siguiente descubrimos que éramos los únicos clientes alojados…
A ver si para el próximo post os cuento algo de las vacaciones, de momento para abrir boca y envidias os dejo una foto de lo que veíamos desde la cama de uno de los sitios en los que nos quedamos, podías saltar de la terraza para darte un chapuzón en el mar:
Bueno, pues la receta de hoy es típica de la vuelta de vacaciones. Como vas a estar fuera un tiempo dejas la nevera pelada para que no se estropeen las cosas, y cuando llegas a casa… ¿y ahora qué comemos? Pues nada, abrir el congelador, un resto de acelgas congeladas, otro de espinacas, un trozo de lomo de salmón… et voilà, ya tenemos solucionada la papeleta, por lo menos hasta la próxima compra. Unas hamburguesas riquísimas, sanas, ligeras y perfectas para una cena. Las podéis tomar solas o en plan hamburguesa clásica, con su tomate, su lechuga, su queso, su mostaza… además son una buena manera de ir metiéndole a los niños tanto la verdura como el pescado de una forma divertida.
Ingredientes:
- 250 g salmón (el mío era del congelado, pero si tenéis fresco pues mejor)
- 2 dientes ajo
- 1/4 cebolla
- 100 g espinacas
- 100 g acelgas
- 1 huevo
- 10 cdas. copos de avena
- 2 cdas. pan rallado
- ralladura de 1/2 limón
- 2 cdas. salsa de soja
- 2 cdas. semillas de sésamo tostadas
- 1/2 cdta. sal
- 1 cdta. pimienta
- 1 cdta. eneldo
Cocemos las acelgas y las espinacas siguiendo las instrucciones del fabricante. Las escurrimos del agua de cocción todo lo que podamos y las ponemos en un bol. El salmón lo descongelamos y lo troceamos pequeño. Lo incorporamos también al bol. Picamos muy finito el ajo y la cebolla y para dentro también. Añadimos el huevo batido, los copos de avena, el pan rallado, la soja, la ralladura del limón, el sésamo y todo lo demás y amasamos bien hasta que se integren todos los ingredientes. Esta parte de mancharse las manos es que me encanta…
Según esté de húmeda la masa igual tenéis que añadir más copos de avena o pan rallado para que absorban humedad, eso lo tendréis que ir viendo “a ojímetro”. La masa tiene que quedar lo suficiente densa y compacta para poder hacer bolas con ella y luego aplastarlas hasta darles la forma de hamburguesa sin que se os rompan. A la plancha con un pelín de aceite hasta que estén doraditas y listo. Si no las vais a gastar todas en el momento, lo suyo es que las vayáis guardando individualmente en papel film para tenerlas listas en el momento de usarlas. Que las disfrutéis, ¡y felices vacaciones a los que empiezan!
Menuda pinta tienen tus hamburguesas, y ademas como gusta aprovechar lo que va quedando en la nevera, verdad? Sobre todo si el resultado es tan bueno.
Besos guapa
¡Y que lo digas Mari Carmen! Eso de gastar sobras y restos que van quedando en el congelador da un montón de alegría, y si ya gastas unos cuantos de golpe ¡ni te cuento! Las hamburguesas salieron riquísimas, la verdad, hay que ver la de cosas buenas que salen de las sobras… Bstos
Hola guapa! que alegria que estes de vuelta! cuando quieras me mandas tu correo y ya nos ponemos al dia. Muchos besos y hasta pronto.Isa
Ceci, bienvenida de tus vacas! Qué suerte haberlas disfrutado, yo hasta agosto no tengo algunos días, pero llevas razón cualquier época del año mejor que julio/agosto… En fin… Dónde es esa foto, es precioso. Qué práctica eres aprovechando todo lo que pillas, intentaré algo parecido cuando me tenga que ir para que no se pongan “feos” los restos neveriles. Bezitos
¡Gracias, Ralu! La foto es en Cervére, un precioso pueblo pesquero en el punto más al sureste de Francia, haciendo frontera con nosotros. ¡Y ánimo que agosto ya está a la vuelta de la esquina! Bsts
¡Gracias, Isa! Un beso
Que bien que estés de vuelta, ya pensaba yo que te había pasado algo porque sabía lo de las vacaciones pero no que era tanto tiempo.
Habrá que probar esta hamburguesa que tiene muy buena pinta aunque sea de restos del frigo.
Besitos
¡Qué va, Oli! Si de las vacaciones volví ya hace un siglo, ¡lo que pasa es que he tardado otro en volver a escribir! Bstos
Se me han metido por los ojos y ¡la tripa! mi cocinero dice que mañana me las va a hacer, ya me estoy relamiendo. bsts.
Seguro que te gustan, Lola, son muy de tu estilo. Bstos