“La comida es uno de los grandes placeres de la vida, y yo estoy totalmente a favor del placer. La lectura es otra de las cosas que hacen que merezca la pena vivir, y si se puede combinar la lectura con la comida, entonces…” Estas palabras, que suscribo desde la primera a la última, aparecen en la contraportada del libro “Festín de Hielo y Fuego. El manual de cocina oficial” y pertenecen al escritor George R. R. Martin, el autor de la famosa serie de novelas de fantasía épica “Canción de Hielo y Fuego”, que casi todo el mundo conoce después de que la HBO sacara una serie de televisión basada en los libros.

Yo las descubrí hace ya bastante tiempo gracias a mi hermano el Chef Poporo, que es un gran lector y amante de la literatura fantástica. La verdad es que todos en la familia somos grandes lectores, además de un poquito frikis, (algunos más que otros…). Yo no soy demasiado de literatura fantástica, me va más la ciencia-ficción, pero mi hermano me convenció de que debía leer este libro y por supuesto, tenía toda la razón. Me entusiasmó.

Da igual que no sea tu género literario preferido, cuando un libro está tan bien escrito, cuando el argumento y los personajes están tan bien construidos, cuando el escritor consigue introducirte en ese mundo de Poniente de un modo tal que eres capaz de oler la podredumbre del Lecho de Pulgas, paladear los pastelitos de limón por los que Samsa pierde la cabeza o notar en la piel el viento helado del Muro… entonces da igual que el libro sea de fantasía, de detectives, o del oeste. Porque en definitiva se trata de eso, de hacerte sentir, y cuando hablo de sentir no sólo me refiero a los sentimientos, sino a los sentidos. Como bien dice el autor, para que un libro te llegue los detalles sensoriales son fundamentales, son lo que hace que una escena cobre vida como si estuvieras allí, y eso es algo que él hace de una forma única. Nunca antes había leído un libro que dedicara tanto tiempo a describir lo que comen los personajes, y tengo que decir que al final esas escenas eran de las que esperaba con más ilusión, ¡las disfrutaba como una loca! Siendo amantes de la obra de George R. R. Martin y también amantes de la comida y la cocina… sólo era cuestión de tiempo que este libro llegara a nuestras manos, (es un regalo que compartimos mi hermano y yo), y se lo recomiendo a todo el mundo. Está escrito por dos chicas fans de la saga que pusieron en marcha un blog llamado “The Inn at the Crossroads”, donde fueron colgando sus versiones de los platos que se describen en los libros. Y como ya ha pasado muchas veces, de la edición digital saltaron al papel.

Pan negro de centeno y cerveza El libro es una delicia. Empieza dando una lista de productos que no pueden faltar en una despensa medieval, luego te introduce a las diferentes cocinas regionales que pueblan este mundo fantástico con las características específicas de cada una de ellas, y luego nos hacen una selección de recetas de cada una de las zonas, con una introducción sacada de los libros, apuntes sobre los posibles orígenes de la receta, e incluso una versión 2.0 del plato actualizado. Si todo esto está acompañado por unas fotos fantásticas que te hacen viajar hasta un banquete de bodas en Desembarco del Rey o hasta una humilde cena con la Guardia de la Noche… pues miel sobre hojuelas.

Pues ya sabéis, si sois fans de “Canción de Hielo y Fuego” y os gusta comer, no os lo perdáis, ¡os va a encantar!
Festín de HIelo y Fuego (GASTRONOMIA.)

Ingredientes:

  • 2 y 1/4 cdtas. levadura deshidratada, (o el triple de la fresca)
  • 1 botella de cerveza negra caliente, (33 centilitros)
  • 2 cdas. miel
  • 2 cdtas. sal gorda
  • 1 huevo batido
  • 2 tazas harina blanca de trigo
  • 2 tazas harina integral de centeno
  • 1/2 taza harina trigo integral

En un bol grande echamos la levadura, la miel y la cerveza. Dejamos reposar unos cinco minutos.

Añadimos el huevo batido y luego taza a taza, la harina, mezclando todo bien hasta que no quede harina seca. Pasamos la masa a una superficie de trabajo enharinada, amasamos durante cinco minutos, damos forma de bola y cubrimos con un paño limpio. Dejamos levar durante una hora. Pasado ese tiempo golpeamos la masa con los puños para sacarle el aire, le damos forma de bola de nuevo y dejamos que suba otras dos horas más.

También se puede guardar en la nevera toda la noche si queremos conseguir un sabor más intenso.

Pan negro de centeno y cervezaPrecalentamos el horno a 230º, formamos dos hogazas y les espolvoreamos un poco de harina por encima. Les hacemos unos bonitos cortes y al horno durante unos 25-30 minutos, hasta que cojan un tono dorado y al golpear la base con los nudillos suene a hueco. Un miga densa y aromática, una corteza gruesa y crujiente, un sabor contundente, ¡y a disfrutar de un auténtico pan negro!