Este bizcocho es poco usual, si os fijáis en los ingredientes no lleva ni lácteos ni grasa, no encontraréis leche, ni buttermilk, ni nata, ni yogur, ni mantequilla, ni aceite, ni margarina… y sin embargo está delicioso. A mí me encanta, se hace en dos minutos y queda genial, esponjoso, sabroso y muy ligero. A la hora de utilizar el té podéis elegir el que más os guste, pero tened en cuenta que combine bien con la lima. No sé… se me ocurre por ejemplo que un té que probé una vez con chocolate, (y que no me gustó nada de nada), no creo que le fuera muy bien. O tal vez sí, quién sabe… sobre gustos no hay nada escrito.

Ingredientes:

• 125 ml té bien cargado
• 60 g pasas
• 2 huevos
• 200 g azúcar moreno
• 225 g harina
• 8 g levadura química
• ralladura de 1 lima

Si nos acordamos, la noche antes preparamos el té con los 125 ml de agua y dejamos en él las pasas en remojo hasta el día siguiente. Si no nos van tan bien las cabezas, con hacerlo un rato antes y dejarlo enfriar del todo vale.

Encendemos el horno a unos 180º para que vaya precalentando.

Batimos los huevos con el azúcar hasta que quede una crema espumosa. Añadimos la harina y la levadura tamizadas, la ralladura de lima y mezclamos bien. Escurrimos las pasas e incorporamos el té que ha quedado poco a poco, sin parar de remover. Agregamos las pasas, distribuimos por toda la masa y vertemos en un molde engrasado. Queda bastante líquido, no asustaros. Horneamos unos 40 minutos o hasta que al pinchar con una brocheta en el centro salga limpia.

Consejo 1: Si no tenéis harina de repostería podéis utilizar harina leudante añadiéndole una cucharadita rasa de levadura.

Consejo 2: Con los moldes metálicos, sobre todo como el tipo Bundt que he utilizado y que tiene sus curvas, me da un miedo horroroso que se me queden pegados los bizcochos. Para evitar que me pase engraso el molde primero con margarina y luego lo espolvoreo con ayuda de un colador pequeño con un poco de harina o de pan rallado. Hasta el momento me ha funcionado, (estoy cruzando los dedos…).