¿A que han salido bonitos estos panecillos? La calabaza es que les da un tono anaranjado precioso y con el horno nuevo por fin consigo que la corteza quede dorada. Además, las fotos están tomadas con el regalo de Reyes de mi “marío”, ¡un trípode! Es un gustazo, estoy como loca, ahora las fotos no salen movidas y muy desenfocadas, haciéndolo a mano de 20 fotos que echaba al final me quedaba con 3, y esas 3 tampoco penséis que estaban muy bien que digamos. Lo de comprarse un trípode es una inversión que recomiendo a todo el/la que esté con esto de la fotografía gastronómica. No hace falta que sea una maravilla, con que sea estable y tenga suficiente movilidad para orientarlo como tú quieres vale. La diferencia en el resultado es muy grande, y todavía no me he metido a probar “cosas raras” como balance de blancos o tiempo de exposición…

Ingredientes, (para unos 8 bollitos):

  • 200 g agua
  • 10 g mantequilla
  • 150 g calabaza cocida
  • 7 g sal
  • 10 g miel
  • 325 g harina de fuerza
  • 85 g harina integral
  • 15 g leche en polvo
  • 7 g levadura fresca de panadería
  • pizca de jenjibre, canela y nuez moscada
  • unas pipas de calabaza para decorar

Esta vez estaba haciendo varias cosas a la vez así que la masa y el primer levado los hice en la panificadora, pero si no tenéis no hay problema.

A mano:

Vais a trabajar un poco más pero ya está. En un bol grande se ponen las harinas, la calabaza, la leche en polvo, las especias, la sal y la levadura disuelta en un poquito de agua tibia. Se mezcla todo bien y se le añade la mantequilla en pomada y la miel. Se va añadiendo el agua poco a poco y mezclándolo todo bien con las manos. La calabaza absorbe mucha agua al cocerse así que si veis que la masa ya está suficientemente hidratada y os sobra agua, descartadla sin problema. Se vuelca sobre una superficie enharinada y ahora toca amasar. Esta masa es bastante pegajosa pero no desesperéis. Dadle descansos de unos 3 minutos a la masa cada 2 de amasado y veréis como va mejorando bajo vuestras manos. Con unos 8 minutos de amasado es suficiente. Al final la masa debe quedar homogénea y elástica.

Para el primer levado se unta ligeramente con aceite un bol y se coloca la masa hecha una bola. Se tapa con papel film y a esperar como una hora, aunque el tiempo siempre va a depender de la temperatura que haga. La masa tardará más en subir en invierno y menos en verano. Vigiladla para ver cuándo está, debe doblar su volumen aproximadamente. A partir de aquí los pasos son iguales para las dos formas, así que mirad abajo.

Con panificadora:

Se selecciona la función “masa”, que normalmente dura como 1 hora y media incluyendo el levado. Se incorporan todos los ingredientes menos las pipas en el orden que aparecen en la receta, (no añadáis todo el agua de una vez, como la calabaza absorbe mucha agua al cocerse es posible que no necesitéis añadirla toda). Cuando ha terminado el programa se vuelca la masa con cuidado de no rasgarla sobre una superficie enharinada.

A partir de aquí los pasos son los mismos para las dos maneras. Se amasa ligeramente para desgasificar. Dividimos la masa para hacer los bollitos con el peso que queramos. Yo los hice de unos 100 gramos cada uno.  Boleamos y dejamos reposar unos 10 minutos tapados para que la masa se relaje. Le damos la forma definitiva a los panecillos y se colocan sobre papel de horno espolvoreado de harina o semolina. Se cubren con papel film impregnado de aceite y se dejan en un lugar cálido durante aproximadamente otros 30-45 minutos. Hay que dejar separación entre ellos porque ahora volverán a subir. Se precalienta el horno a 220º y  antes de meterlos se pincelan con agua y se  decoran con unas pipas de calabaza por encima. Se hornean durante unos 15-20 minutos hasta que  se doren y al golpearlos en la base suenen a hueco.  Se dejan enfriar en un rejilla antes de probarlos y a disfrutar.

Están buenísimos, muy tiernos y esponjosos, con mucha miga y ligeramente dulces. Ideales para el desayuno. Ahora quiero probar a utilizar batata en la masa, seguro que le da un color y un sabor muy bueno también. Ya os contaré, y recordad que el desayuno es la comida más importante del día, ¡no la desaprovechéis!