Esta receta forma parte de lo que ha venido en llamarse, de manera un tanto rimbombante, “cocina de aprovechamiento”. Lo que en nuestras casas ha sido toda la vida “aquí no se tira ná”. Que sobra carne del puchero… hacemos croquetas. Que quedaron patatas a lo pobre de la guarnición de la carne de ayer… hoy comemos tortilla. Y con esa bollería que se ha quedado dura, ¿qué podemos hacer? pues un puding de manzana. ¿Os acordáis del roscón de Reyes del otro día? Como estuve unos días mal del estómago no pude dar cuenta de él como me hubiera gustado, así que quedó un buen trozo ya un poco duro dando vueltas tristemente por la cocina. No lo iba a tirar después de haberle cogido tanto cariño, así que se me ocurrió darle una nueva vida en forma de puding, y así es como finalmente ha acabado su dulce existencia.
Ingredientes:
- caramelo para forrar el molde
- 2-3 bollos duros
- 3 huevos
- 5 cdas. azúcar
- 1/2 l leche
- 2-3 manzanas
Cortamos los bollos en rodajas finas reservando las cortezas. Pelamos las manzanas, les quitamos el corazón y las cortamos en gajos también finos.
Forramos el molde que vamos a utilizar con caramelo. Yo lo hice al microondas directamente en el molde. Azúcar en el fondo, chorrito de agua y a potencia máxima vigilándolo muy de cerca para que no se queme. En cuanto empieza a coger color paro el horno y espero un poco a ver si con el tiempo de reposo termina de hacerse. Si no es así, a remover un poco y otra vez al micro. Más vale pasarse de precavida que quemar el caramelo y tener que empezar otra vez. Movemos el molde para que el caramelo se extienda por las paredes y el fondo y dejamos enfriar.
Ahora vamos haciendo capas en el molde de manzana y bollos, empezando por manzana y terminando con las cortezas. Batimos la leche, el azúcar y los huevos y vertemos encima, que empape bien todas las capas. Podemos aromatizar esta mezcla con canela o vainilla, según nuestro gusto.
Metemos en el horno a 180º unos 30-40 minutos hasta que esté cuajado y dejamos enfriar antes de desmoldar.
