¿A que tiene un nombre gracioso? No había oído hablar de este guiso de berenjenas nunca, la primera vez que leí sobre él fue en el blog de Mikel El Comidista y al principio no sabía muy bien de qué iba la cosa. Como Mikel tiene mucha guasa llegué a pensar que iba a hablar de una versión hebrea de la inquietante gallina gigante de Barrio Sésamo. Todavía estaba pensando en cómo iba a relacionarlo con la gastronomía, (cosas más raras se han visto en su grandioso blog…), cuando al ver la foto y empezar a leer descubrí que se trataba de un guiso que se hace con berenjenas, apio, tomate, cebolla y al que se le da un toque agridulce a base de alcaparras, vinagre y azúcar. Al parecer era un plato tradicional de los judíos sicilianos, que más tarde se popularizó por toda Italia. Me vino que ni pintado encontrarlo porque mi amiga B. me acababa de regalar una bolsa llena de verduras de su huerto con un montón de berenjenas y andaba pensando qué hacer con ellas. A propósito, no puedo resistirme a comentarlo… ¡qué verduras, madre mía! El olor que desprendía la bolsa ya era impresionante, esa sola cesta olía más que todo el departamento de verdura y fruta de cualquier supermercado. Pero sobre todo qué sabor… Ya no recordaba lo buenísimo que está un tomate cuando sabe a tomate. Los he devorado a bocados, tal cual, tan sólo con una pizca de sal. Una delicia que te hace preguntarte cómo es posible que nos hagan creer, poniéndoles el mismo nombre, que esas bolas rojas de poliespan que venden en cajas son también tomates. Imposible.

Más o menos he respetado los ingredientes de la receta de Mikel, no tanto la forma de prepararla. Las berenjenas absorben muchísimo aceite así que en vez de freírlas he preferido saltearlas para luego terminar de cocerlas con el guiso, así el plato resulta más ligero.

Ingredientes:Caponata, guiso de berenjenas siciliano

  • 1 kl berenjenas
  • 1 cebolla roja
  • 3 dientes de ajo
  • 100 g apio
  • 1 cda. orégano
  • 4 cdas. vinagre
  • 3 cdas. azúcar moreno
  • 2 cdas. alcaparras
  • 100 g aceitunas sin hueso
  • 800 g tomates bien maduros
  • 2 cdas. piñones tostados
  • aceite
  • sal

Lavamos y pelamos las berenjenas, las cortamos en rodajas como de 3 centímetros, las salamos y las dejamos reposar una media hora para que pierdan el amargor. Les escurrimos el líquido que hayan soltado, las aclaramos con agua, las secamos y las cortamos en dados. En una cazuela con 4 cucharadas de aceite salteamos las berenjenas a fuego medio unos 8-10 minutos, las sacamos y las reservamos.

Pelamos y cortamos la cebolla en juliana, (o sea, en tiras finas como medias lunas). Al apio le quitamos las hebras con la ayuda de un pelaverduras o de un cuchillo y lo cortamos en rodajas pequeñas. Laminamos los ajos. Añadimos otras 3 cucharadas de aceite a la cazuela, (las berenjenas habrán absorbido el anterior), y cuando haya cogido temperatura incorporamos estas verduras con un poquito de sal. Rehogamos hasta que la cebolla empiece a tomar color, unos 10 minutos. Incorporamos las berenjenas, el orégano, el vinagre, las alcaparras, las aceitunas y el azúcar. Mezclamos bien y dejamos cocer unos minutos para que el vinagre evapore el alcohol. Incorporamos por último los tomates pelados y troceados y dejamos cocer todo el conjunto hasta que el tomate esté deshecho y las berenjenas tiernas, por lo menos 20 minutos. Si veis que el guiso se queda seco antes de que esté listo podéis añadir un poco de agua o de caldo. Rectificamos de sal y de acidez, (puede ser que querías añadirle más azúcar o más vinagre, eso va en gustos), añadimos los piñones tostados y ya lo tenemos listo. Una especie de pisto pero con un toque muy diferente y rico. Que lo disfrutéis.