Esta receta de crema de mascarpone con compota de cerezas la vi en un blog colectivo estupendo que seguro que ya conocéis, Directo al Paladar, y me llamó mucho la atención. La probamos hace tiempo con cerezas frescas y nos encantó, tanto de sabor como lo vistosa que queda, así que para este fin de semana que teníamos cena en casa la volví a preparar, pero esta vez la tuve que hacer con cerezas en conserva porque por desgracia la temporada de cerezas ya terminó. Es un postre riquísimo y que además entra por los ojos, con ese contraste de colores y las capas de crujiente, compota y crema. Eso sí, hay que avisar a los invitados para que dejen hueco porque llena bastante. Quedáis avisados, si no llegáis al postre os vais a arrepentir…

Ingredientes:

Para la compota:

  • 400 g cerezas, (si son frescas mucho mejor, si no podéis utilizar en almíbar como hice yo, pero que no sean confitadas, las encuentro en Lidl)
  • 50 g azúcar
  • 1 rama de canela
  • 250 ml zumo de naranja
  • 100 ml ronCopa de crema de mascarpone con compota de cerezas

Para la crema:

  • 375 g queso mascarpone
  • 375 g nata para montar
  • 50 g azúcar glas
  • 1 yogur griego

Para el crujiente:

  • 50 g almendras picadas
  • 6 galletas tipo Digestive.

Primero preparamos la crema para que vaya cogiendo cuerpo en el frigorífico. Montamos la nata con el azúcar glas.  Mezclamos el queso con el yogur y una vez bien integrado le vamos añadiendo la nata incorporándola con movimientos envolventes para que no se nos venga abajo. Reservamos en la nevera.

Deshuesamos las cerezas si son frescas. En un cazo ponemos a fuego medio el zumo de naranja, el ron, la canela y el azúcar. Cuando hierva incorporamos las cerezas y dejamos cocer unos 30 minutos. No tiene que hacerse una mermelada, pero sí que se pongan blanditas, medio deshechas  y que suelten todo su jugo y sabor. Retiramos las cerezas y dejamos que el líquido se reduzca hasta que adquiera la consistencia de un sirope o jarabe, uno 15 minutos más. Dejamos enfriar y también a la nevera.

Para el crujiente rompemos a trocitos las galletas y las mezclamos con la almendra.

Ya sólo queda montar las copas como más os guste. Es importante que lo hagáis en el último momento, de otro modo el crujiente va a ser de todo menos crujiente. Yo puse un poco de galletas abajo, una capa de la compota de cerezas, otra de la crema de queso, otra de galletas, otra de crema y por último otra de cerezas. ¡Ah!, y un barquillo para decorar que queda monísimo. Éxito asegurado en vuestra próxima cena. A disfrutar.