En realidad esta receta iba a ser una torta de aceite malagueña, un dulce muy típico de mi tierra y que me encanta, pero al final ha salido un bizcocho. El sabor es totalmente el que buscaba, pero la textura no es la de la torta, es de bizcocho, como podéis ver en las fotos. Creo que le he puesto demasiada levadura, y además para que quedara tipo torta tendría que haber puesto la masa en un molde más grande, tipo bandeja de horno, para que quedara plana y no me subiera tanto. Otro día probaré de nuevo con estos cambios a ver qué tal sale. De todas formas el bizcocho está delicioso, con un sabor a limón y anís riquísimo, y así es más ligero, así que ¡bienvenidos sean los resultados inesperados si terminan bien!

Ingredientes:

  • 3 tazas harina repostería
  • 1 taza leche
  • 1 taza aceite de oliva suave
  • 1 taza azúcar
  • 2 huevos
  • 1 cda. semillas anís, (matalaúva)
  • 1 sobre levadura química
  • almendras peladas para decorar

Primero preparamos el aceite, porque debe estar frío cuando lo utilicemos. Lo ponemos al fuego con la cáscara de un limón. Cuando la cáscara se empiece a dorar la retiramos y añadimos el anís. Retiramos del fuego y dejamos enfriar.

Batimos todos los ingredientes, (se puede hacer con la batidora), y vertemos esta mezcla en un molde previamente engrasado. Espolvoreamos azúcar por encima para que al hornear se forma una costra crujiente y colocamos las almendras por encima. Horneamos a unos 180º hasta que al pinchar con una brocheta en el centro salga limpia. A mí me tardó unos 40 minutos. Pues eso es todo, más fácil imposible.