Me gustan las comidas informales, en las que todo está en la mesa y cada uno se va sirviendo lo que le apetece, pasándose las fuentes de unos a otros. Si además hay que “trabajarse” un poco el plato, me gusta aún más. A pesar de la sempiterna “con la comida no se juega”, a mí siempre me ha encantado divertirme con la comida, por eso este tipo de aperitivos me parecen geniales para compartir con amigos. Este fin de semana tuvimos cena en casa y entre las entradas que preparé estaba esta especie de ensalada de rúcula y salmón con el montaje final a cargo de los comensales. Excepto la salsa no tiene preparación ninguna, simplemente colocar la rúcula alrededor del  plato, el salmón a trozos encima y la salsa en el centro para que luego cada uno se monte sus canapés como más le gusten, eligiendo el tipo de pan y la cantidad de salmón, salsa y rúcula. Riquísima y de lo más sencilla.

Ingredientes:

• rúcula
• salmón ahumado
• aceite de oliva
• rebanadas de pan, si son diferentes mucho mejor, (puse de pan blanco, integral de centeno, crackers y crujiente de varios cereales integrales)

Para la salsa:

• 1 bote de nata fresca, (20 cl)
• 1 cebolleta
• 1 cdta. eneldo
• 2 cdtas. alcaparras
• 2 cdas. perejil
• 1 cda. mostaza
• zumo de limón
• sal

Picamos muy fino a mano o con el robot de cocina la cebolleta, las alcaparras y el perejil. Mezclamos con el resto de ingredientes y aliñamos con zumo de limón y sal al gusto.

Colocamos la salsa en un bol con un par de cucharillas para servirla en el centro de la fuente, disponemos la rúcula a su alrededor y el salmón cortado a trozos encima. Aderezamos todo con un chorrito de aceite, la acompañamos con una cesta de rebanadas de pan y lista para disfrutar.